El Popocatépetl (náhuatl: Popōca, tepētl, «que humea, montaña o monte»« montaña que humea»)? es un volcán activo localizado en el centro de México, en los límites territoriales de los estados de Morelos, Puebla y México. Se localiza a unos 55 km al sureste de la Ciudad de México.3
El Popocatépetl es un volcán de forma cónica simétrica; está unido por la parte norte con el Iztaccíhuatl mediante un paso montañoso conocido como Paso de Cortés. El volcán tiene glaciares perennes cerca de la boca del cono, en la punta de la montaña. Es el segundo volcán más alto de México, con una altura máxima de 5458 metros sobre el nivel del mar, sólo después del Pico de Orizaba con 5610 metros.


La Layenda:

Tonatiuh, el dios del sol, vive con su familia en el cielo 13 en el que no se conoce la oscuridad ni la angustia.
El hijo de Tonatiuh era el príncipe Izcozauhqui a quien le encantaban los jardines.
Un día el príncipe oyó hablar de los vergeles del señor Tonacatecuhtli y curioso fue a conocerlos.
Al descubrir una laguna resplandeciente se acercó y se encontró con una mujer que salía de las aguas ataviada con vestidos de plata. Se enamoraron de inmediato ante el beneplácito de los dioses.
Pasaban el tiempo juntos recorriendo los cielos. Pero los dioses les prohibieron ir más allá de los 13 cielos.
La curiosidad hizo que descendieran a conocer la tierra. Allí el sol no brilla todo el tiempo, descansa por las noches. Hay más colores, texturas, sonidos y animales que en todos los cielos recorridos.
Los príncipes, al descubrir que la tierra era más hermosa que los paraísos celestiales decidieron quedarse a vivir en ella para siempre. El lugar escogido para su morada estaba cerca de un lago, al lado de valles y montañas.
Los dioses, furiosos por la desobediencia de la pareja, decidieron un castigo. La princesa enfermó repentinamente y supo que esa era la sanción de los dioses. A ella no le permitirían vivir y los separarón con su muerte. Se lo dijo al príncipe, le pidió que la llevara a una montaña con el fin de estar junto a las nubes.
El príncipe con su carga a cuestas caminó días y noches hasta llegar a la cima de la montaña. Encendió una antorcha y la veló como si la princesa durmiera. Izcozauhqui se quedó junto a ella sin moverse, hasta morir.
Ella se convirtió en la mujer dormida (Iztaccíhuatl) y él en el volcan que humea (Popocatépetl). Símbolo del amor que desafió a los dioses, cuidan del valle de México. fuente: http://www.teotihuacan.com.mx

csac


La Leyenda del Volcán Popocatépetl y el Volcán Iztaccíhuatl son sin lugar a dudas tan hermosas como trágicas, existiendo diversas versiones que han perdurado a través de los años.
En la mitología Azteca se sabe que Iztaccíhuatl fue una princesa que se enamoró de Popocatépetl, uno de los guerreros de su padre. Su padre envió a su amor a una batalla a Oaxaca, prometiéndole entregarle a su hija si éste regresaba victorioso y con la cabeza de su enemigo en la lanza. Tiempo después el guerrero regresó y la cabeza de su rival sangraba en su lanza. Recibió el festín por su victoria, sin embargo su amor se dio por acabado, ya que la princesa había muerto. Con el corazón roto llevó el cuerpo de su amada a un monte, y los dioses la convirtieron en volcán inactivo, después, el guerrero tomó una antorcha y prometió que ningún huracán por más fuerte que lleve sus aguas apagará su fuego que vela el cuerpo de su amada, para concluir esto, los dioses le entregaron la eternidad convirtiéndolo en volcán, a cambio de custodiar a la princesa Iztaccíhuatl.


Otra de las versiones cita lo siguiente:
“El padre de Iztaccíhuatl mandó a la guerra en Oaxaca a su amado Popocatépetl, prometiéndole la mano de su hija si este regresaba victorioso (lo cual el padre de Iztaccíhuatl supuestamente no creía posible). Popocatépetl ganó la guerra, pero como el padre de Iztaccíhuatl no quería que ella se casase con él por lo que Iztaccíhuatl recibió noticias de que su amado había muerto en batalla y ella murió de pena. Cuando Popocatépetl regresó y se enteró del trágico destino de su amada murió también de tristeza por haberla perdido; los dioses se conmovieron de ellos y los cubrieron con nieve para transformarlos en montañas”.


Por último, otra versión muy interesante y conmovedora de la Leyenda que unió por toda la eternidad a Popocatépetl e Iztaccíhuatl:
“En una de ellas se cuenta que la princesa Iztaccíhuatl, por ser la doncella más hermosa, sería sacrificada a los dioses para las buenas cosechas. Sin embargo, el guerrero Popocatépetl la amaba y no podía permitir que la sacrificaran. Para evitarlo, tuvo que huir con ella, pero cuando escapaban los guardias los descubrieron y una flecha hirió a la princesa. Su amado la tomó en brazos y continuó corriendo, una vez lejos, a salvo, la recostó sobre el campo, jurándole que la cuidaría por siempre y que esperaría hasta que ella despertara de su sueño para poder continuar viviendo su amor. Pero ha pasado tanto tiempo que los campos y la nieve los han cubierto”.
Sin duda una gran historia de amor que día a día revivimos al verlos juntos por toda la eternidad. fuente: http://www.edy.com.mx/